Al igual que en entradas recientes en las que hablábamos de
records asociados a las matemáticas (¡dotaciones económicas!), en este caso el
record tiene nombre propio y se llama Pardis Sabeti. Imagino que a la mayoría este
nombre no le sugiere ninguna gesta reseñable (a mí tampoco la primera vez que
lo leí), sin embargo esta bióloga computacional de origen iraní ha conseguido
secuenciar el genoma del virus del Ébola en un tiempo record. Este hallazgo,
esencial para acabar con la enfermedad, lo ha logrado aplicando sus propios
algoritmos matemáticos, y por ello se ha ganado el reconocimiento del mundo
científico. Además, y por si fuera poco, está cediendo sus avances de forma
altruista a la comunidad científica bajo el lema “Sólo entre todos acabaremos
con la pesadilla”.
Pardis Sabeti se trasladó a los
Estados Unidos a los cuatro años con su familia. Estudió biología en el
Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT con sus siglas en inglés) y se
especializó en genética médica y genética evolutiva. Actualmente dirige un
laboratorio asociado a la Universidad de Harvard y al Instituto Broad, en
Cambridge (Massachusetts).
Utiliza el análisis computacional y la genética para buscar
los mecanismos de la evolución en seres humanos y en patógenos, y así encontrar
las mutaciones que favorecen a unos y otros en su milenaria carrera
‘armamentística’.
Su estudio y posterior aplicación de algoritmos matemáticos
está basado en el genoma, que es el conjunto de genes
contenidos en los cromosomas, y puede interpretarse como la totalidad de la
información genética que posee un organismo o una especie en particular. El genoma tiene un peculiar alfabeto
consistente en cuatro letras: A, G, C, T (que hacen referencia a las bases
nucleótidas: Adenina, Guanina, Citosina y Timina), y sus combinaciones específicas
determinan los genes.
En ocasiones, se producen mutaciones beneficiosas en los
genes que se transmiten rápidamente a la población, y son esas alteraciones las
han permitido la ‘evolución’. Del mismo modo, pueden ocurrir alteraciones
perjudiciales que son las que representan los virus. La cuestión es determinar
qué genes son los que varían para poder estudiarlos y afrontar las
consecuencias de estos cambios.
Investigadores de la Universidad de Harvard y el instituto
Broad liderados por Sabeti, han desarrollado el algoritmo MINE (siglas en
inglés de “Maximal Information-base Nonparametric Exploration”), herramienta
capaz de encontrar patrones ocultos dentro de enormes volúmenes de datos, que
hasta ahora ningún otro software había sido capaz de procesar. Con MINE se
podrán analizar grandes bases de datos esperando conocer correlaciones interesantes,
incluso sin tener que saber de antemano qué es lo que se está buscando. De
forma que podría considerarse como un ‘generador de hipótesis’.
MINE se ha puesto a prueba con el ADN humano, y se han podido
determinar, por ejemplo, las mutaciones que permitieron a nuestros ancestros
una nueva forma de alimento, la leche de vaca, haciéndoles tolerar la lactosa;
se ha descubierto el cambio genético que blanqueó la piel de las poblaciones
que saltaron de África a Europa. También en el estudio de la malaria se identificaron las variantes genéticas que
hacen que personas a las que les pica el mosquito portador no desarrollen la
dolencia, y esto ha servido para el desarrollo de nuevos fármacos.
El potencial de esta herramienta parece ser inmenso...
A continuación un par de enlaces en los que hemos obtenido
esta información:
Agradecimiento especial a Esther, que encontró esta noticia y
nos la remitió.
Si quieres que tu nombre aparezca aquí también, te animamos a
que hagas comentarios en las entradas publicadas o que nos envíes cualquier
información, sugerencia o dato curioso que creas susceptible de aparecer en el blog ;)
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